Acción: Valle Cochamó Sin Loteos

Por Andres Amengual

La energía humana provocó electricidad colectiva el 29 de abril en un puente sobre el río Cochamó, en el sur de Chile. Personas que no nos veíamos hace tiempo, en gran medida producto de la pandemia, nos volvimos a ver las caras, nos volvimos a saludar con un abrazo, como acostumbramos muchos en el sur, y volvimos a mirarnos a los ojos, a darnos la mano.

El grupo en cuestión lo hacíamos con alegría, muchos nos conocíamos entre sí, otros se descubrían.
Había una potencia alegre, un brote de júbilo provocado por volver a verse, por volver a tener contacto con personas ausentes por buen tiempo; pero había también otra razón para la efervescencia: a todos nosotros nos unía una razón urgente, una buena razón, un motivo.

Valle Cochamó sin loteos

Cochamó en la mira de los loteos: el corazón natural de la Región de Los Lagos bajo amenaza. El valle prístino del río Cochamó, meca de la escalada en granito más importante del hemisferio sur, el entorno natural más imponente de la zona, se enfrenta a un proyecto de loteo agresivo y que multiplica varias veces y de una vez a los habitantes que por cientos de años viven en el lugar.

Un proyecto diseñado en Santiago, sin entender, sin visitar, sin conversar, sin preguntar, sin comprender.
Y esa amenaza, fue la mecha.

Y esa amenaza encendió el alma a un grupo cada vez más potente, cada vez más organizado y experimentado de individuos ligados al valle, enamorados de él.

El riesgo despertó a madres con sus niños, a escaladores, a dueños de camping, al dueño de un hostal, a los arrieros, a los ambientalistas, a vecinos, a todo ese grupo variado y enorme. A ese grupo que no deja de crecer y en donde, en medio de una profunda diversidad, corre un hilo de plata mágico, que hilvana el corazón de la tribu, el corazón de personas con vidas completamente distintas pero que, increíblemente poseen un tesoro en común: les une el amor por el valle.

Y créame el lector que no, no es puro verso, aunque sea poesía en sí. Es una realidad concreta como las montañas mismas de granito que encandilaron a estas personas.

mas proteccion conservacion Valle Cochamó

Se reunieron en ese puente organizaciones de arrieros montados en sus caballos, vecinos que acudieron con sus familias, madres con niños pequeños sosteniendo carteles fabricados por ellos, escaladores que bajaron literalmente de la montaña al evento portando sus lienzos, cuidadores de campos perdidos, pequeños empresarios del turismo, etc. Todos alertados por el peligro de las parcelaciones, por ese cáncer que se extiende por el campo chileno y que pretende abarcar, como la gangrena, las montañas que tanto aman.

Los carabineros fueron bien recibidos, se conversó con ellos y ellos entendieron. Contaron que eran nuevos, que venían de Paso El León, arriba en la montaña, y que comprendían el problema y las dificultades de la vida del local en sectores aislados.

Activismo del bueno

No cortamos el camino, pero nos tomamos por un momento el puente que se llenó de lienzos y carteles y exclamaciones. Se llenó de colores.

La comuna hirvió en unos pocos metros cuadrados, a través de un puñado de seres humanos suspendidos en medio de un cielo diáfano, azul como regalado por Dios nuevo recién creado, como un cielo post pandemia, de reencuentro, un cielo que nos volvía a juntar para defender, para pelear con alegría, para unirnos, para cuidar.

Las redes locales, las caras, los vecinos, la sociedad civil hecha rostro, nombre, historia, se potencia, se enreda, se enmaraña, se conecta y se une a pasos agigantados en la comuna y también, y a la vez, se incrusta una sospecha. La sospecha de que toda esa unión no es casual y trasciende con mucho a las almas sobre el puente.

Hay un viento de montaña particular en ese valle, y su sino se vislumbra muy diferente, muy particular.
Cochamó tiene vocación de ejemplo, y muy pronto será ejemplo para el mundo entero.
No vamos a esperar soluciones legales ni vamos a esperar que las autoridades, siempre lentas, siempre atrás, siempre cambiantes, tomen decisiones. Aquí las decisiones se toman con nosotros, considerándonos, escuchándonos. Aquí las inversiones se hacen considerando a la comunidad o teniendo a la comunidad organizada, experimentada y decidida en contra.

Es que tenemos mucho que proteger. Es por eso que nos cansamos de esperar y resolvemos.

Acá se construye un modelo, un sueño, un imposible. Acá se navega en aguas ignotas, se hace vanguardia, se decide suspendido desde el mascarón de proa.

Cochamó se sueña y al soñarse se concreta, se construye, entre todos, como un cardumen, como las colmenas que se alimentan de los ulmos del valle.

Cochamó se defiende, se quiere, sobre un río, en las montañas, en ese puente, entre todos, por cada uno y para siempre.

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